Las ancestras nos han alimentado desde su vientre. Por Linda Callejas Mondragón

María es la ancestra que sembró parte de lo que soy, ahora. Dio vida a Mayo, mi madre que germinó en mi las ideas de “decisión” en torno a la cuerpa.
María no sabe leer, sin embargo, es una maga para las hierbas, las lee y te dice para que sirve cada una; para la tristeza, para el dolor, para el enojo, para la tranquilidad, etc., ella tampoco escribe, pero con sus manos escribe en las cuerpas de las mujeres sus dolencias, sus amores, con sus dedos masajea, yo le digo que es una maga, de esas talladas de barro y tierra.
Siempre se nos calla por ser “gritonas” que siempre debemos “comportarnos”, María me enseñó con sus palabras que debo expresar mis sentires, eso se las paso a cada una de sus hijas, Mayo, mi madre siempre me dijo que defendiera mi voz, que nunca me callará.
María creció y fue madre joven, dejando sus alas atadas a la maternidad forzada, crío sola, el abuelo fue el típico padre ausente, María ha vivido sin pareja durante varios años, ella menciona que el casarse sin amor es una pérdida de tiempo, que el amor es esa pequeña vaquita llamada Golondrina, porque para María el amor no es en una persona, es aquello que le rodea; sus animales, sus plantas y la tierra.
Un día mientras recordaba cuándo entré en el feminismo, pensé “Desde el vientre de María”, porque ella nos sembró esa semilla de creer, ser y reconocernos como mujeres, a cada una de sus hijas y a las hijas de sus hijas. Es tan maga, que en ella crío dos generaciones juntas en su vientre: Mi madre y yo.
Ellas, fueron las primeras feministas en mi vida antes que las lecturas complejas, los seminarios y las clases académicas me dijeran quienes eran las mujeres que teorizaban sobre la libertad de la mujer. A pesar de que ese concepto para ellas es nuevo, no se consideran feministas. Sin embargo lo son al cuestionarse muchas opresiones desde su cotidianeidad.
Mis ancestras, me enseñaron que la voz es un arma de desahogo, furia, libertad, que ser madre nunca debe ser obligación, me mostraron las manifestaciones de amor y ternura entre mujeres. Soy la primera en tener un grado académico a nivel licenciatura, soy la primera mujer de mi familia en hacerlo, pero no sería nada sin ellas, sin sus feminismos, porque el feminismo es horizontalidad, interseccional y cada mujer lucha diferente ante las opresiones que vivimos.