Munia Curvitain Somos la especie indestructible.
Aviso a las lectoras: Este artículo incluye imágenes explícitas.
Desde La que arde documentamos distintos casos que acreditan los esfuerzos de la UNAM por encubrir a agresores sexuales y feminicidas. Reportamos, por ejemplo, cómo colaboró con las autoridades capitalinas para responsabilizar a Lesvy Berlin Rivera Osorio de su propio asesinato y encubrir al feminicida, Jorge Luis González Hernández, pareja sentimental de Lesvy. Documentamos también el modo en que abiertamente ha encubierto a depredadores sexuales como Marcelino Perelló y Seymour Espinoza. También llevamos a cabo un minucioso análisis de su “Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género”, evidenciando 33 formas en que viola los derechos humanos de las mujeres, para demostrar por qué este instrumento, lejos de cumplir con la función de prevenir y erradicar la violencia feminicida, contribuye a perpetuarla.
En esta ocasión nos unimos nuevamente a la denuncia feminista contra las autoridades de la UNAM por encubrir a un agresor al que ya se habían visto orillados a destituir, gracias a la presión que Marcela, una de sus víctimas, ejerció contra la institución, con el apoyo de colectivas feministas. El nombre de este agresor, ex docente de la Facultad de Filosofía y Letras, es Arturo Noyola Robles, y fue denunciado en 2011 por Marcela por acoso, violencia física, emocional y sicológica contra ella y su familia ante el Ministerio Público; el entonces Rector José Narro; Gloria Villegas, directora de la Facultad de Filosofía y Letras; el Abogado General de la UNAM y el Departamento Jurídico de la UNAM. Después de cumplir rigurosamente con los procedimientos que implicaba la denuncia, y de presentar múltiples evidencias (presentaremos algunas más adelante) de las violencias que sufrió a manos de este agresor, Marcela hizo pública su denuncia. A raíz de esto, colectivas feministas la contactaron para ofrecerle apoyo, y organizaron una protesta en la UNAM (conocida como “escrache”) para exigir la expulsión de Noyola. Dicha protesta generó notas periodísticas y, gracias a la presión ejercida en conjunto, finalmente Noyola fue expulsado de la UNAM, a finales de 2011.
No obstante todo lo anterior, la UNAM acaba de reinstalar a Noyola como investigador del Instituto de Investigaciones Bibliográficas. A continuación incluimos el video con la sesión en vivo que el Instituto programó el pasado 19 de mayo con el agresor, con la cual se hizo público su regreso. Durante la transmisión, colectivas feministas denunciaron los hechos de violencia ejercidos por Noyola. Como se aprecia en el video, en un punto el agresor recibió la llamada de su jefe, Miguel Ángel Castro Medina, y, después de varios gritos que se alcanzan a escuchar a lo lejos, la transmisión fue cancelada.
Posteriormente, el Instituto de Investigaciones Bibliográficas borró de su página de Facebook toda evidencia de la transmisión.
En respuesta a este despliegue de complicidad y revictimización por parte de la UNAM, hace poco colectivas feministas se unieron para exigir que Arturo Noyola Robles sea expulsado de la universidad. Algunas de ellas lo hicieron a través de un video que se difundió en redes, en el que es posible apreciar el atroz nivel de violencia verbal que este agresor ejercía contra Marcela:
Asimismo, en redes ya existía otro audio que evidenciaba la violencia feminicida de Arturo Noyola:
De igual modo, en el testimonio que Marcela presentó ante las principales autoridades de la UNAM, dio cuenta detallada de la violencia que este depredador ejercía en contra suya y de su familia:
Adicionalmente, Marcela denunció al agresor ante la Dirección General de Asuntos Jurídicos:
Y también presentó su denuncia ante el Ministerio Público:
Marcela acompañó cada una de estas denuncias con las evidencias mencionadas previamente y con imágenes que constataban la violencia física que Arturo Noyola ejerció sobre ella. A petición expresa de Marcela, quien considera importante exponerlas públicamente ahora como evidencia de la violencia que sufrió a manos de quien fue su profesor en la UNAM, incluimos aquí dos de ellas. *Atención, imágenes explícitas*.
Pero Marcela no es la única alumna de la UNAM violentada por este agresor. Aprovechándose de su posición de poder, Noyola violentó a otras alumnas y alumnos. Karina, mencionada previamente, lo denunció también públicamente en redes sociales, describiendo cómo fue objeto del mismo patrón de violencia detallado por Marcela y cómo denunció también todo ante el Abogado General de la UNAM:
Leopoldo, alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también fue objeto de la violencia de este agresor y, como Marcela y Karina, también lo denunció ante las autoridades de la UNAM:
El reintegrar a este delincuente a la comunidad universitaria, no obstante la abrumadora evidencia que la UNAM posee en relación con la violencia que ha ejercido en contra de sus alumnas, representa un acto de complicidad que no sólo las revictimiza a ellas, además pone en riesgo a las mujeres que integran la comunidad universitaria, y envía a quienes la conforman un mensaje de impunidad y naturalización de la violencia hacia las mujeres.
Por todo lo anterior nos unimos al grito de exigencia para que el Rector Enrique Graue expulse de inmediato a este agresor de la UNAM y tome medidas que garanticen de manera real a las mujeres que la integran un espacio universitario seguro y libre de violencia.
No nos detendremos hasta que este agresor este fuera de la UNAM.
¡Hasta que la justicia se siente entre nosotras!
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